viernes, 13 de enero de 2012

Los orígenes de la sexualidad moderna: cómo nos emparejamos y por qué nos separamos

Desde los tiempos de Darwin, nos han contado que nuestra especie tiende por naturaleza a la monogamia sexual. Tanto la ortodoxia científica como las instituciones religiosas y culturales mantienen que hombres y mujeres hemos evolucionado en familias en las que los unos intercambiaban sus posesiones y su protección por la fertilidad y fidelidad de las otras. Pero este discurso se desmorona. Cada día se casan menos parejas,y los índices de divorcio aumentan sin cesar, mientras el adulterio y la disminución del deseo hacen naufragar incluso matrimonios en apariencia sólidos.

¿Cómo conciliar la realidad con el discurso que goza de la aceptación imperante? Según los pensadores Christopher Ryan y Cacilda Jethá, es imposible. Y, en este libro provocativo y brillante, a la vez que rebaten casi todo lo que "sabemos" del sexo, ofrecen una atrevida explicación alternativa.

La tesis central de Ryan y Jethá es que los seres humanos evolucionamos en su día en grupos igualitaristas que compartían la comida, el cuidado de los niños y, a menudo, las parejas sexuales. Entretejiendo indicios convergentes -obviados habitualmente- que nos ofrecen la antropología, la arqueología, la primatología, la anatomía y la psicología sexual, los autores ponen de manifiesto lo lejos que está la monogamia de formar parte de la naturaleza humana. A lo largo de la geografía y de la historia, las personas han dado a idénticas y familiares situaciones íntimas respuesta sorprendentemente distintas. Los autores exponen las raíces ancestrales de la sexualidad humana y apuntan a un futuro más optimista, iluminado por nuestra capacidad innata para el amor, la cooperación y la generosidad.

Disponible en Librería Soriano: "En el principio era el sexo", Christopher Ryan y Cacilda Jethá. Paidós 2012. 480 págs. 28'90€

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