martes, 12 de junio de 2012

La melancolía del héroe

El 25 de abril de 1911, la lavandera Luigia Quirico acudió al bosque en busca de leña. Pero allí se encontró con una escena macabra: el cadáver de un hombre que se había practicado un haraquiri. La sangre aún brotaba de su cuerpo. No sólo se había abierto el vientre, también sangraba por el cuello. Lo terrible es que aquel hombre resultó ser Emilio Salgari, el famoso escritor de aventuras. ¿Qué había pasado para que uno de los padres de la literatura de aventuras acabara así?

Emilio Salgari está cansado. Física y mentalmente. Es 1909 y, de vez en cuando, se permite el lujo de dejar de trabajar durante unas horas para ir a pasear por el río. Allí conoce a Angiolina, una joven que quiere aprender de él los secretos de la escritura. El padre de los héroes es, sin duda, una de las personas que más admira y con la suYiciente experiencia para ser el mejor maestro.

Pero la vida de este escritor que goza de un gran éxito entre sus lectores no es tan bonita o idílica como podría parecer desde fuera. Angiolina y Salgari se van haciendo amigos, convierten los paseos en una rutina, y la fachada que rodea al escritor va cayendo. La alegría de aquel joven periodista apasionado por el ciclismo y la esgrima que aYirmaba haber navegado por los mares de medio mundo se ha esfumado. Ahora se irrita con facilidad, es un esclavo del trabajo que pasa sorprendentes penurias económicas, no se encuentra a gusto en ninguna parte, tiene achaques Yísicos, su mujer está cada vez más cerca del abismo y él no puede hacer nada por evitarlo.

Emilio Salgari
Un coro de testimonios formado por periodistas, médicos, amigos, vecinos e hijos del escritor reconstruye la vida del padre de Sandokán y del Corsario Negro. Vivió entre Verona, Venecia, Génova y Turín. Fue nombrado Caballero por la reina Margarita. Tras algunas desilusiones sentimentales, se casó con una actriz de teatro, Ida, y tuvieron cuatro hijos. Su vida estuvo estrechamente ligada a las pasiones de una época abocada a los desaYíos tecnológicos: el automóvil, el cine, los viajes en globo, los primeros aviones, la Exposición Universal que conmemoraba los cincuenta años de la Unidad de Italia…

Era un mundo para el que él no estaba preparado. Acabó desencantado con la vida y perdió toda esperanza. Y así, la mañana del 25 de abril de 1911, con su mujer ingresada en un manicomio público porque no se podían permitir una residencia privada, decidió salir de casa con su bastón y subir a la colina. Allí puso Yin a su vida con un suicidio digno de alguno de sus personajes cumpliendo el destino paradójico de un hombre, prisionero de los mundos que él mismo había creado.

Disponible en LIBRERÍA SORIANO: "El último viaje del capitán Salgari", Ernesto Ferrero. Ático de los Libros 2012. 240 págs. 18'50€

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